Nuevo Código Urbano: Cita ineludible e impostergable
Por MNU y Lic. Gabriel Ballesteros Martínez
La LVI Legislatura tiene un compromiso ineludible e impostergable; no es tan solo llevar al Pleno del Congreso y aprobar la Iniciativa de Nuevo Código Urbano presentada por el Titular del Ejecutivo; es darle cerrojo a un periodo de desmanes urbanos y permitir el advenimiento de una propuesta legislativa moderna y completa garante de un futuro sustentable, que induce el perfeccionamiento de la vida municipal y permite a los ciudadanos participar en el proceso de planeación y control del uso del suelo.
No hay pretexto, ya no cabe el cálculo político ni los intereses particulares; las Señoras y Señores Diputados, tanto titulares como suplentes recién desempacados tienen una cita con la historia moderna de Querétaro y con la obligación de terminar más de 15 años de consultas, foros y deliberaciones: darle por fin a Querétaro la oportunidad de tener la base legal para una visión única y a la vez compartida de su futuro. Es ahora, es ya.
Salvo aquellos que representen a los que quieren que el modelo siga igual, puede esperarse que se de el consenso. Entre otras cuestiones de la mayor relevancia, la Iniciativa permite a los regidores tomar su justa dimensión. Asumir un tamaño normal donde al tiempo que el Artículo 115 se pueda vivir a plenitud y sean capaces de definir el destino del suelo, esto suceda dentro del marco de un sistema de planeación diseñado entre todos y por encima de todos.
Y es que hay que decirlo, la urgencia de esta reforma no es gratis pues durante los últimos años ha llegado hasta el límite del escándalo el ejercicio abusivo e indiscriminado de estas facultades. Para los inversionistas y los desarrolladores, agentes con un valor prioritario, la Iniciativa significa un marco legal cierto, descifrable, con garantías.
Salvo aquellos que quieran seguir especulando con el suelo y que pudieran sentir una amenaza, el Nuevo Código Urbano traerá entre otras bondades la apertura de nuevos mercados: la vivienda vertical, la regeneración de la superficie ya urbanizada de Querétaro y la posibilidad de aprovechar los vacíos urbanos mediante la inserción de ventajas fiscales que incluso incidirán en la estabilización del valor del insumo primordial.
Para nosotros, los de a pie, el Nuevo Código Urbano traerá un nuevo derecho: nuestro Derecho a la Ciudad; que se traduce en nuestra posibilidad efectiva de exigir orden; de tener un mejor transporte, de disfrutar una mayor conectividad; pero sobre todo de contar con una mejor infraestructura, espacios públicos y vivienda de calidad. Todo eso está en juego esta semana.
Hace dos años inicié esta columna con diversos objetivos pero sin duda el principal fue impulsar el proceso de reforma a nuestra legislación urbana. Ahora, si todo sale como se espera, seguirá el momento de recrear los reglamentos municipales y procurar que los Ayuntamientos detallen libremente la manera como en cada uno de sus territorios debe aprovecharse el valioso y casi irrepetible recurso suelo.
Vendrá el momento de construir la Procuraduría del Medio Ambiente y el Desarrollo Urbano, de insertar el Instituto de Planeación dándole una estructura ciudadanizada abierta y democrática.
Vendrá el momento de construir los acuerdos de la vida metropolitana de la Ciudad de Querétaro y la oportunidad para San Juan de Río, Jalpan y Cadereyta para asumirse como el eje del futuro de la Entidad, en armonía con los distintos municipios del centro, la sierra y el semidesierto; sinergía hasta hoy trunca por falta de una planeación integral del desarrollo.
Por tanto, señoras y señores legisladores, la que tienen es una cita con la próxima generación… no la defrauden.