Agenda Urbana 2011
2010 pasará a la historia reciente de Querétaro como el año en que el Gobierno del Estado demostró cómo se puede hacer obra pública bien, rápido y a costos razonables. Obra pública hecha por queretanos, bien planeada en lo financiero, ejecutada con precisión y sin causar más molestias a la población que las indispensables. Conectividad ha sido la idea central: el Distribuidor Bicentenario, el Paseo de la República y el puente Josefa Ortiz de Domínguez son los tempranos iconos de la nueva dimensión de la zona metropolitana; reflejan inobjetablemente, una evolución absoluta en la gestión administrativa y en la toma de decisiones sobre el desarrollo urbano.
A otra escala, una mucho menos pública y más para enterados, será también el año que marque el sexto intento fallido por modernizar el Código Urbano que nos rige desde 1992. Un fracaso — hasta el momento– que no tiene paternidad reconocida y que sería injusto endosarle exclusivamente al Secretario Chufani o al Diputado Juan José Jiménez. Presidentes municipales y regidores; colegios y cámaras; consejos de concertación y academia; los grandes desarrolladores y los ciudadanos que participamos profesionalmente, tenemos una asignatura pendiente en 2011. La gran disyuntiva sigue ahí: reforma integral o reglamentación del Código actual con breves reformas en su texto.
Este año que se acaba, también pudiera ser recordado como el año en que el comercio en la vía pública volvió a convertirse en un factor de riesgo para la gobernabilidad del Municipio de Querétaro. Este columnista considera que si el año próximo no se toman medidas más severas respecto de la ubicación, gestión y manejo de los casi 60 tianguis que tenemos en la macha urbana y los más de nueve mil comerciantes que ejercen esta actividad económica, podrían reaparecer síntomas de un desequilibrio en este sector.
Así como la obra pública ha sido una fortaleza, las acciones para conformar una verdadera planeación participativa y construir una cultura de la urbanidad, son la gran área de oportunidad. Quien quita y los reyes nos traigan un Instituto de Planeación Territorial o una Procuraduría Urbana, pero si no es el caso, tenemos muchas reglas que revisar a nivel municipal y algunas nuevas que diseñar para controlar el aprovechamiento del recurso suelo y frenar tanto la especulación como las decisiones arbitrarias de los ayuntamientos. Es impostergable el debate que lleve al rediseño de los procedimientos que se usan para medir el impacto ambiental en relación al impacto social; las escenas como la de Peña Colorada y las misteriosas circunstancias que rodean Ciudad Maderas deben erradicarse con transparencia. Los secretarios y directores de los tres municipios conurbados tienen que darse tiempo para crear iniciativas y no solo atender el día a día. Es tiempo de pensar y actuar en metropolitano.
De la misma manera, la agenda particular de estos funcionarios debe incluir la revisión de la figura de las asociaciones de colonos, de tal manera que se induzca a la planeación participativa en lugar de colisionar con estas organizaciones cada cambio o ampliación de giro o cuando un nuevo uso de suelo se percibe nocivo.
Si la reforma al Código se sigue postergando, los Ayuntamientos no tienen excusa para reglamentarlo y los temas abundan: hay que revisar y definir los criterios sobre plumas de control de acceso en fraccionamientos, garitas para seguridad privada que se instalan sobre camellones y suelos donados; es pertinente también revisar los criterios para aprobar o negar la concesión en comodato de parques y jardines a las organizaciones vecinales. Urge replantear el método de la entrega recepción de fraccionamientos. Si queda tiempo, 2011 puede ser el año en que inicie efectivamente la reubicación del la Central de Abastos, tema que se ha dejado de lado en tres administraciones municipales y por qué no, soñar que se puede por fin desarrollar el tercer carril bajo los Arcos.
La agenda urbana 2011 de los señores Diputados, también es rica en oportunidades. Las iniciativas en materia de transporte del Diputado Aguilar deben ser consumadas, pues aun y su desencuentro permanente hasta con su fracción, las ideas son dignas de análisis, aunque sea para desecharlas y con ello producir un nuevo debate, pues el tema no está siendo abordando con la profundidad que se necesita. Ni estas propuestas, ni renovación de unidades anunciada por el Secretario de Gobierno García Quiroz, atienden la esencia del conflicto. Mientras que cada taxibus y camión sean el negocio particular de alguien y la base de la jornada de trabajo sea el número de vueltas que da sobre su ruta la unidad, no podremos iniciar el replanteamiento que han logrado en el D.F., León, Bogotá o Curitiba. Si se puede, solo hay que perderle el miedo a aquellos que defienden su status quo, por encima del interés de todos los queretanos. En los próximos meses veremos si hay un operador político que de la talla o si como los que estuvieron antes, se decide dejar este gran tema para alguien más valeroso o más suicida, pensarán algunos.
En otro tema no menos importante, la próxima puesta en funcionamiento del Acueducto II debe impulsar, a su vez, nuevas inversiones en materia de reciclaje y saneamiento de agua, pues la llegada de todo ese caudal, no puede ni debe relajar a la CEA sobre el tema de la recuperación del acuífero bajo la Ciudad Capital. Venga pues el 2011…
P.D.: Queridos Melchor, Gaspar y Baltazar, les pedimos concordia para que el Acueducto II deje a todos satisfechos y ya no nos cueste más dinero. Les pedimos turistas y ejecutivos para que el Centro de Convenciones efectivamente valga la pena. Contratistas aplicados para que ni el Distribuidor Constituyentes de 1917 ni el Querétaro Capital disloquen la Ciudad. Y por último, generosidad entre nuestra clase gobernante para que aun con los rejuegos partidistas permitan que los presupuestos se unan a favor de la población en obras útiles. Ahí les dejo unas galletas y pastura a sus celebres vehículos.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!