¿Armando un peligro para el suelo?
Por MNU y Lic. Gabriel Ballesteros Martínez
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(Foto Periódico Plaza de Armas)
No siendo Armando abogado, quiero suponer que alguien le ayudó a revisar el Dictamen aprobado en el Pleno el pasado 16 de mayo. Flaco favor le hizo quien le echó a andar la voz de la paranoia. No puedo explicarme de otra forma su “análisis” y la conclusión a la que llega cuando dice que la reforma urbana resta facultades al municipio o que la Procuraduría del Medio Ambiente y el Desarrollo Urbano que vendrá, es un “medio de control” del gobernador a los presidentes municipales.
El Artículo 118 dice que la nueva Procuraduría tiene por objeto recibir y canalizar ante las autoridades competentes, las quejas y denuncias de la ciudadanía por la inobservancia de la normatividad aplicable en el Estado, en materia de desarrollo urbano, ordenamiento del territorio, en cualquiera de los tres órdenes de gobierno, así como vigilar y proteger el medio ambiente en la Entidad, y en su caso, aplicar las sanciones correspondientes ¿Que querrá Armando? ¿Qué no exista un policía? ó ¿Qué el vigilante dependa de cada Presidente Municipal?…
Entre las facultades que los diputados asignaron a la nueva Procuraduría está la de asesorar (a ciudadanos y autoridades) y hacer recomendaciones; solicitar información y encausar ante las autoridades (municipales) las quejas y denuncias ciudadanas; promover actividades académicas de investigación en materia urbana y capacitar a los servidores públicos; en su caso, denunciar ante el Ministerio Público las acciones y conductas que aprecie atentatorias de las leyes y los reglamentos en materia de desarrollo urbano y medio ambiente. ¿Dónde está la amenaza a la libertad municipal?… o que ¿estarán equivocados los otros 20 estados de la República que tienen una instancia similar?
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En fin, con eso de que en política todo es relativo, no vaya a ser que los ahora municipalistas, luego –si Dios les concediera el milagrito– quieran volverse estatalistas. Lo cierto es que el Municipio no dejará de mandar en el suelo; la Constitución le concede esa facultad –de conformidad con las leyes federales y estatales—y suya seguirá siendo.
No dudo que la redacción de algunos artículos del nuevo Código Urbano pudiera haber quedado mejor y quizá merezcan una pulida en el futuro. No hay redacción perfecta. Pero de lo que si estoy convencido es que no es sano contaminar su advenimiento con declaraciones superficiales cuyo trasfondo deja lugar a la suspicacia; preocupa que el candidato pudiera estar armando un peligro para nuestro suelo.