CRITERIOS PARA LA PLANIFICACIÓN URBANA
La planificación urbana no trata de producir imágenes; es un marco que ayuda a los líderes a transformar una visión en realidad, mediante la utilización del espacio como un recurso esencial para el desarrollo y mediante la participación de las partes interesadas durante todo el proceso.
1. Hacer la planificación más sencilla
El sistema de planificación puede ser complejo, largo y costoso, y puede presentar duplicidades y lagunas. El esfuerzo por crear planes integrales puede llevar décadas, por lo que los planes podrían quedar obsoletos antes de ser ejecutados. Por otro lado, los planes que subestiman limitaciones institucionales, técnicas y financieras pueden eventualmente tener que ser abandonados. La adopción de un enfoque basado en la demanda para elaborar marcos pragmáticos y modulares puede conducir a una implementación de gran impacto.
2. Hacer que la planificación sea estratégica
Responder a necesidades reales de forma que se ofrezca una perspectiva a largo plazo pero al mismo tiempo concreta y realizable por etapas ayudará a garantizar que los planes puedan ser implementados. Los planes que carecen de visión y que no ofrecen respuesta a los problemas reales son fácilmente dejados de lado y olvidados cuando cambian las agendas políticas. Elegir cuáles son los temas fundamentales a abordar y los bienes a desarrollar de forma que se apoye el avance de la ciudad, en medio de limitaciones y retos, no es tarea fácil y requiere entendimiento y capacidad de formular las preguntas adecuadas.
3. Identificar las responsabilidades y establecer indicadores de desempeño
No puede haber rendición de cuentas sin roles y objetivos concretos y sin los recursos necesarios para realizarlos. No establecer estos puntos desde el principio crea confusión y un ambiente de falta de rendición de cuentas que hace los objetivos inalcanzables.
4. Construir equipos multidisciplinarios
Los proyectos transformadores requieren de un pensamiento holístico para superar cuellos de botella derivados de la gobernanza y de la fragmentación de operaciones. Las ciudades que promueven una política de integración y trabajo en equipo aseguran que los marcos de desarrollo urbano y las políticas sectoriales se apoyen mutuamente y que los implementadores así lo entiendan. La designación de un grupo específico con responsabilidades de pensamiento estratégico y coordinación, y la institucionalización de la cooperación interdepartamental, así como la alineación con el trabajo del día a día, pueden requerir cambios del sistema y de comportamiento, pero harán el planeamiento más eficiente.
5. Permite manejar la dimensión jurídica desde el comienzo
Un plan aprobado por un concejo municipal es un documento vinculante. Determinar si el gobierno local tiene la capacidad de implementar un plan o si va a depender de acuerdos con otros niveles de gobierno o socios privados es parte de la base jurídica que debe plantearse desde el comienzo de la elaboración del plan.
6. Permite calcular los costos de capital y de funcionamiento en los ingresos municipales
Una imagen clara de los costos del ciclo de vida de los componentes de un plan debe ser parte fundamental de su elaboración. Sin embargo, los costos a largo plazo asociados con la implementación a menudo se pasan por alto, especialmente los costos de operación y mantenimiento (O & M, por sus siglas en inglés) que, en algunas ciudades pueden suponer pesadas cargas financieras. Las decisiones de planeamiento y su implementación así mismo repercutirán en la base de ingresos, por lo que deberán adoptarse buenas prácticas de gestión que permitan recuperar los recursos.
7. Permite obtener apoyo temprano para aumentar la probabilidad de un impacto positivo
Las ciudades que involucran a las partes interesadas en la planeación se benefician de una priorización que refleja necesidades reales, y, por tanto, aumenta el impacto de la inversión. Si las partes interesadas se comprometen desde un principio es menos probable que las propuestas sean rechazadas más adelante. Un amplio apoyo permite alinear la agenda local con la de otros niveles de gobierno, y además crea un marco para involucrar al sector privado.
8. Permite la implementación de la fase en términos de espacio y de recursos
El dinero de los contribuyentes debe gestionarse cuidadosamente y ser utilizado de manera inteligente. El mismo principio debería aplicarse en la implementación de un plan. La viabilidad financiera de un plan dependerá de cómo sus componentes se realicen por etapas y de identificar cuáles de ellos son aptos para ser financiados por una fuente externa. La evaluación de los resultados y la realización de los ajustes necesarios en las políticas permitirán que el alcance del plan sea ampliado y escalado de forma efectiva.