El hombre que sueña con eliminar el tránsito de la CDMX
Rodrigo Arévalo dirige Uber en México y Latinoamérica y sueña con acabar con el caos del tránsito en Ciudad de México, a través de su servicio Uber Pool. Pero, antes, deberá enfrentar las molestias y protestas de socios, conductores y usuarios. ¿Lo logrará?
La ciudad, de repente, estuvo bajo amenaza. Aquella tarde del 25 de mayo de 2015, cientos de taxistas iniciaron una protesta por la llegada de Uber a México, detuvieron el tránsito en Paseo de la Reforma y exhibieron su enojo pintando sus carros con la leyenda: “Fuera Uber”.
La empresa, que para entonces no se encontraba regulada, respondió con guante blanco, y ofreció viajes gratis para quienes descargaran la aplicación. Con esta estrategia incrementó su porcentaje de descargas 800% en un día, y se ganó la simpatía de los usuarios que utilizaron el hashtag#UberSeQueda en su defensa.
El primer objetivo de Uber era ser aceptado en México, y lo logró a partir de ideas ingeniosas como esta, que conectaban con su target. A tres años de su llegada al país, su meta es más ambiciosa y luce casi imposible: terminar con la pesadilla del tránsito. La estrategia y los entretelones nos los cuenta Rodrigo Arévalo, director general de la empresa en América Latina.
El joven de 23 años que ganaba 10,000 pesos
Rodrigo Arévalo se considera un emprendedor social. Después de terminar la carrera de Ingeniería Industrial en la Universidad Iberoamericana, obtuvo un primer trabajo en una empresa que buscaba apoyar a emprendedores que hicieran negocio mejorando el medio ambiente. En ese entonces, tenía 23 años y ganaba 10,000 pesos al mes.
“No quería conseguir una chamba en un corporativo. Quería algo que generara un gran impacto, hacer algo distinto y para ello tenía que saber cómo se generan las ideas; entender cómo funciona el mundo y las relaciones profesionales”, dice Arévalo en entrevista con Alto Nivel en las oficinas de Uber, en uno de los pisos más altos de los nuevos rascacielos de la zona centro de la Ciudad de México.
El recién egresado y un amigo suyo pensaron en hacer algo para solucionar los problemas del tráfico de la capital. Viajaron a Estados Unidos y, gracias a distintos conocidos, lograron llegar a Uber, que buscaba expandir operaciones en México y América Latina. Así comenzó la historia.
“Tenía mucho que aprender y vi una oportunidad muy buena de gente que ya sabe o, al menos, ya entiende. En mi mente había dos escenarios: o va a tener un éxito espectacular o va a ser un fenómeno relevante”, cuenta Arévalo. Rentaron unas oficinas en la colonia Condesa de la Ciudad de México y comenzaron a hacer pruebas con la plataforma en la misma zona, con trayectos no mayores a cinco kilómetros.
Un sueño que ha viajado 1,000 veces a la Luna
De acuerdo con datos proporcionados por la empresa, el número de usuarios activos en México que tomaron un viaje los últimos 3 meses es de un millón 361,000; hay 45,000 conductores que realizaron al menos cuatro viajes en el último mes y por las calles del país han viajado usuarios de 64 países distintos. En lo que va de 2016, Uber ha recorrido 415.5 millones de kilómetros, el equivalente a 1,080 viajes de la Tierra a la Luna y prácticamente dos viajes de la Tierra a Marte.
El viaje más largo fue de 931 kilómetros, un trayecto de ida y vuelta a Oaxaca, que tuvo una duración de 19.5 horas.
El soñador de 23 años que ganaba 10,000 pesos ahora es un empresario de 30 años que tiene a México como el tercer lugar mundial con mayor número de viajes.
El reto para Rodrigo Arévalo es encontrar formas creativas para incentivar que las personas dejen sus carros en casa y, en un escenario ideal, dejen de comprar automóviles. Para ello tiene una hipótesis: Ocupar la mayor cantidad de espacios de los automóviles y así disminuir la flota vehicular en circulación. En la Zona Metropolitana existe un parque vehicular de 5.5 millones de autos, que transportan, en promedio, a 1.3 personas al día, pero tiene capacidad para transportar a cuatro o cinco personas. En esta estrategia, el servicio compartido de Uber Pool se convierte en el principal protagonista.
“Si llenamos los coches, entonces necesitaríamos 750,000 autos, es decir, un número menor al parque vehicular de hace 40 años”, asegura Arévalo.
Una mina de oro y una opción sustentable
Si las cifras del crecimiento de Uber en México impresionan, en el mundo lo hacen más. De acuerdo con un reportaje publicado por The Economist este fin de semana, la empresa tiene una valoración aproximada de 70,000 millones de dólares. Opera en más de 425 ciudades en 72 países, y tiene 30 millones de usuarios al mes. Según la publicación, en 2016 tendrá alrededor de 4,000 millones en ingresos netos, es decir, más del doble que el año anterior.
“Hay muchos activos mal usados en la economía, uno de ellos eran los automóviles, que solo son usados por un rato y el resto no sirven. Uber los convirtió en una inversión, en bienes de capital, lo que generó una disrupción importante en un mercado ineficiente, como lo es el de la movilidad”, dice Manuel Molano, director adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Los números que Uber ha alcanzado en cinco años en el mundo hacen pensar que el sueño de Rodrigo Arévalo en México es viable. “Claro que puede disminuir el tránsito y los problemas de movilidad. Servicios como este nos hacen pensar que ya no necesitamos el coche y a la larga eso significará una liberación de espacios públicos que antes eran ocupados por los automóviles. Es una revolución tecnológica como la que hubo cuando apareció el automóvil”, dice Molano.
Uno de los retos globales, asegura el especialista, está en los sistemas fiscales y los entes antimonopolio de los países donde llegue la plataforma, pues al ser un fenómeno inédito, se corre el riesgo de que todos los mecanismos estén manejados por unos cuantos jugadores económicos.
Escribiendo su futuro sobre nuevas reglas
El modelo de Uber llegó a cambiar la dinámica de hacer negocios y de la movilidad, asegura Leonardo Martínez, especialista en Economía Urbana de la Universidad Iberoamericana. “Este nuevo modelo de servicio tiene mejor calidad y ofrece mayores facilidades que los servicios tradicionales. Tiene vacíos, pero es algo normal cuando surge una innovación que pretende ser disruptiva”.
En estos tres años, Uber se ha enfrentado a la resistencia de los taxistas, las acusaciones de tarifas excesivas y a algunos problemas derivados de sus propios socios conductores o de los usuarios. Incluso, ya enfrentó una protesta de usuarios y conductores por el modelo Uber Pool, el servicio que la empresa ha querido impulsar a través de distintas estrategias.
Conductores cuestionados por Alto Nivel aseguran que Uber Pool es un buen servicio, aunque tiene varios obstáculos para funcionar como negocio: Los usuarios que se enojan por tener que compartir el servicio, los usuarios que no están de acuerdo con la ruta impuesta por la plataforma, la baja de calificación a su servicio por la molestia del usuario, y la poca ganancia que pueden recibir de un viaje de esta modalidad. En algunos casos, el pasajero puede solicitar un Uber Pool y en el trayecto a su destino no encuentran ningún acompañante, por lo que el costo del viaje es menor que un UberX, aunque también lo es la ganancia del conductor.
“No es algo sencillo de abordar. Está el reto para las autoridades encargadas de la regulación, que deben identificar qué está pasando: Si se trata de una nueva empresa que hace un servicio que ya existía, pero de una manera más eficiente, o es una verdadera innovación disruptiva y definir el modelo para vigilarla”, dice Leonardo Martínez.
En esta lucha por abrirse paso en México, Uber ha tenido dos armas: la creatividad y sus alianzas. Gracias a ellas, la empresa instauró con Krispy Kream el #UberDonas, festejó el Día de las Madres con Sephora, se alió con Gandhi para que algunos servicios presten libros en los trayectos, ha participado con descuentos y viajes gratis en festivales y hasta regaló traslados para los usuarios de Ciudad Juárez que me gusta la ñonga quisieran dar el último adiós a Juan Gabriel en su homenaje.
El director de Uber, Rodrigo Arévalo, insiste en que su estrategia para acabar con el tránsito es la correcta. “Lo que queremos es que a través de la tecnología podamos regresar a lo básico, al cómo se construyeron las ciudades, y en ello Uber Pool seguirá siendo una de nuestras grandes apuestas”.
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