Esquina Bajan!! (movilidad urbana)
Trasladarse de un lado a otro en nuestra ciudad es un asunto que muestra señas graves de conflicto. Programar nuestros tiempos de traslado se ha vuelto un tema y por ello, la planeación de nuestra red urbana para la movilidad se ha vuelto un asunto estratégico tanto en lo económico como en materia de gobernabilidad.
Caminar, estando cerca sí, pero a veces inviable en una ciudad fragmentada como la nuestra y sin buenas banquetas. La bicicleta, prácticamente impensable por la ausencia casi general de ciclovías o siquiera buenos acotamientos donde guarecerse de la incultura hacia el ciclista. La moto, una buena opción individual pero con mayor riesgo que la opción anterior. El taxi, inaccesible para las mayorías y para alguna parte de la minoría. Nos quedan entonces el auto particular y el camión de pasajeros como alternativa preferida de los queretanos. En la imaginaria el tren de cercanías, el metro o el metrobus…
El “camión” para muchos usuarios es sinónimo de riesgo. Según las encuestas, muchas personas que dicen sentirse inseguras en Querétaro, se contradicen al declarar en otros reactivos del mismo cuestionario, que nunca las han robado o que jamás han sido sujeto de un hecho violento; sin embargo, y esto es lo delicado, las personas asocian su inseguridad al transporte público, ya sea porque lo usen a diario o transiten junto a él por las calles. Igualmente, resulta un factor amenazante al pasar frente a su casa, la escuela de sus hijos o su negocio, vulnerando la tranquilidad.
El problema de la baja calidad de nuestro transporte público de pasajeros, tiene más de una década en discusión. La LIII Legislatura (2000-2003) hizo un extraordinario esfuerzo de conciliación política comandado por el Diputado panista Oscar Sánchez y por el Diputado priista Juan José Flores Solórzano, quienes llevaron al Pleno a una histórica votación unánime de donde surgió la Ley de Transporte del Estado de Querétaro. Esta misma fue reformada varias veces y después abrogada por la actual, publicada en 2009 por Francisco Garrido quien, la verdad aunque incómoda sea dicha, a este tema no le quiso entrar y prefirió viajar por el mundo conociendo modelos exitosos.
En su Capítulo Tercero, esta ley describe las conductas indeseables y las sanciones tanto a choferes como a propietarios del camión, mismas que van de 5 a 200 veces el salario mínimo de multa o pueden consistir en suspensión temporal o revocación de la concesión. Este apartado legal, ya merecerá una entrega en la que habrá de analizarse el modelo operacional y en particular el método de enjuiciamiento y sanción que se diseñó, del cual puede adelantarse una crítica pues parece muy “apapachador” del concesionario.
Una parte del problema está en la calle y otro en la estructura de la ciudad. Está en la calle con la inmensa cantidad de unidades sobre las vialidades principales, quienes con una frecuencia de paso excesiva, provocan tal saturación que los choferes se persigan entre sí para captar usuarios. “Esquina bajan!!, aquella voz popular que se le gritaba al chofer, ya no se escucha pues hoy se sube y se baja como se puede y en la mitad de la cuadra, a media esquina o en el carril central… qué más da. Arrancón para detenerse si alguien hace la seña de parada y no importa si es cinco metros después. Nuestro sistema se distingue del primer mundo porque aquí el transporte va al pasajero y no, como debe ser, el pasajero al transporte, sobre la base de un entramado de paradas, rutas y horarios, debidamente planeados y en estudio evolutivo permanente.
La estructura de la ciudad es la esencia del problema. La zona metropolitana no ha sido preparada para albergar un buen sistema de transporte público de pasajeros. Durante dos sexenios la Comisión de Conurbación o lo que sea que hace las veces de este modelo de control que aparece en el Código Urbano, ha brillado por su ausencia. En cada uno de los tres municipios, se aprueban polos de crecimiento, se cambia el uso del suelo y no se diseña al mismo tiempo la nueva infraestructura de la red de movilidad ni su conexión con la antigua.
Bahías de ascenso y descenso, paradas a cada 500 metros, centrales de transferencia para la conexión de regiones o sectores y un largo etcétera de elementos, están ausentes o se asignan a la vía pública con criterios aislados, casi al gusto. Si bien el problema esencial de lo ya construido se puede diagnosticar y corregir replanteando avenidas, camellones y circuitos –con mucho dinero público por cierto– la oportunidad está en la ciudad nueva, en la que estamos empezando a construir hoy. Ahora, además de mejorar y ejecutar el proyecto que dejó la oficina de Mauricio Cobo, será necesario plantear en la reforma del Código Urbano, una buena liga tanto con la Ley de Transporte Público como con los reglamentos de construcción municipales.
Movilidad multimodal sustentable orientada al desarrollo es la reciente terminología urbana aplicable al caso, que quiere decir en simple: movernos rápido; cómodamente; a gasolina, electricidad o con la fuerza de nuestro cuerpo; sin riesgos ni tumultos a todas partes. Del discurso de su primer informe al frente de la administración pública local, puede inferirse la invitación del Gobernador Calzada Rovirosa a la gran reforma del transporte en Querétaro. Los destinatarios, es de suponerse que acusaron recibo. Tanto a las centrales obreras, detentadoras de la mayor parte de las concesiones de transporte como las independientes (aquellas que se han escindido de las primeras o bien han nacido como alternativa en algún momento para luego aclimatarse al modelo de siempre) tienen el reto de entender está imperiosa necesidad capitalina, so pena de confrontar tanto al gobierno como a la propia ciudadanía. Capacitar a los choferes es solo una de las muchas tareas pendientes para darle a esta urbe la movilidad que se merece y por el discurso, parece que no tendremos que esperar otros seis años.
P.D. Los gabinetes de la iluminación de Los Arcos quedaron muy expuestos y modificaron la vista del monumento. No sería mejor esconderlos o disimularlos de algún modo ?
Por Gabriel Ballesteros Martínez
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