Palomita, palomita, palomita
¿Cuál será la gran obra pública que más necesita Querétaro hoy en día? Estadio y auditorio multifuncional, ya; unidad deportiva con alberca olímpica, pista de tartán y hasta campo de tiro con arco, ya. Aeropuerto internacional, palomita. Recinto ferial regional, ya tenemos; parque de diversiones a gran escala, palomita. Centro de congresos y teatro metropolitano, también palomita. Mega tubería periférica de conducción de aguas; grandes distribuidores y avenidas de acceso a la ciudad: palomita, palomita, palomita.
Qué sigue? Esa es una pregunta muy interesante y puede ser contestada desde varias perspectivas. Si la analizamos a la escala de una colonia, lo más deseado puede ser un módulo de policía o la ampliación de un dren pluvial para no inundarse el próximo verano. Si lo analizamos a la escala de una comunidad, el más grande anhelo puede ser la ampliación de la primaria o una prepa cercana y, a la escala delegacional, la demanda más sentida quizá sea la unidad deportiva o el centro hospitalario.
Todo pareciera ser según la escala con que se mira. De acuerdo con los resultados anunciados al finalizar la primera reunión del año entre los cuatro ediles de la Zona Metropolitana de la Ciudad de Querétaro, hace solo unos días, las grandes obras de infraestructura prioritarias son viales; básicamente de interconexión entre los centros municipales de la zona conurbada inmediata, un puente en la zona de Balvanera y el desahogo de una de arterias principales como lo es 5 de febrero con un par vial.
Después de este anuncio me surge la duda si alguna vez en este trienio se hablará de la infraestructura para la red de transporte público de pasajeros. Llámese tren de cercanías, llámese metro, autobuses articulados o tranvías. Llámese aunque sea corregir la red actual con paraderos y bahías.
Pareciera que –de acuerdo con el anuncio hecho en voz del Presidente Zapata– seguiremos la ruta de atender solo la red del automóvil sin subir el nivel de prioridad que tiene y merece la movilidad colectiva.
Esa es la gran obra que sigue. Sé que cuesta muchos miles de millones de pesos; que es una obra mayúscula tan solo poner en operación la primera ruta; también entiendo que son financiamientos que implican el concierto de los tres órdenes de gobierno y una concertación política de dimensión sexenal, tan solo para establecer las bases de los acuerdos de este sector, que intereses económicos tan grandes y entretejidos. Sí, eso lo sabemos.
Pero lo que también sabemos es que estamos saturando la parte central de la metrópoli. De seguir así no pasará una década cuando las inversiones que hoy nos llenan de orgullo comiencen a buscar una ciudad más suave, menos congestionada y más agradable. Si, esa que tuvimos y todavía podemos salvar.
Ojalá que el Gobierno del Estado no desaproveche la oportunidad de empezar, ahora que está realizando la ampliación de Constituyentes hasta el Mirador, asignando espacio de vialidad al transporte público y preparándola para lo que podría ser la gran ruta de tranvía desde ahí hasta el Pueblito.
La gran obra que viene, la que sigue, debe ser una obra transtrienal, transexenal, que implique todas las escalas de la Ciudad de Querétaro: la gran infraestructura de la movilidad colectiva que pronto nos hará falta a gritos. Eso, creo yo podemos verlo venir y podemos planearlo para hacerlo como dice la voz popular, pian pianito.
Los invito a leer esta y todas las publicaciones de un servidor y de Jorge Vazquezmellado en el Blog Hacer Ciudad hacerciudad.com.mx.