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Entrevista a Gabriel Ballesteros en Tribuna (UAQ 31 de octubre de 2011)

Por Víctor Pernalete

Se debe tener clara la parametría de la ciudad antes de comenzar los proyectos de obras públicas, para que éstas cubran las necesidades del presente y el futuro que tiene la ciudad y su población, señaló Gabriel Ballesteros Martínez, especialista en desarrollo urbano y ex Secretario de Gobierno Municipal durante el trienio de Armando Rivera Castillejos.

“Si no tenemos una visión de ciudad, sino tenemos la parametría para saber cuáles son los indicadores de nuestra ciudad, cuántas personas somos, cuántas vamos a ser. Si no sabemos cuáles son las circunstancias de nuestro atlas de riesgo, es decir, todo lo que necesitamos para saber qué pasa con la población, pues difícilmente podremos saber qué tipo de ciudad necesitamos.

“Después podremos saber qué tipo de equipamientos o de vialidades, de acondicionamiento para el transporte o la recreación debemos hacer”, explicó.

Ballesteros Martínez, quien participó en la conferencia “Problemas y soluciones de la metrópoli; hacia un nuevo proyecto de ciudad”, que se realizó en el auditorio de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, indicó que actualmente los gobiernos realizan la obra pública de acuerdo con su propias consideraciones, y es necesario pasar a un escenario en el que la ciudadanía tenga una participación activa en las decisiones sobre qué obras públicas requiere la ciudad.

“Nuestra historia nos ha dicho que nuestros gobernantes deciden hacer obra pública porque así consideran, en su particular opinión, o de sus secretarios y sus asesores. Yo por lo que pugno es porque transformemos esa realidad institucional en una planeación participativa ciudadanizada”, exhortó.

Respecto a las obras públicas que durante los últimos dos años y medio han realizado tanto el Gobierno Estatal como el Municipal, Ballesteros Martínez sostuvo que, por el momento, han resuelto problemáticas puntuales del tránsito de la ciudad, pero en una visión a futuro habrá que ver si están en sintonía con el Querétaro de los próximos 15 años.

“Han resuelto en mayor o menor medida los nudos viales de la ciudad. Se han hecho en virtud de que se ha hecho ciudad en una velocidad superior a la capacidad de planearla.

“Lo que me parece que es necesario hacer es que no nos vuelva a pasar que en 15 años tengamos que remendar la ciudad con obra pública emergente porque tengamos nuevos nudos, porque soslayamos planearla y favorecimos construirla”, reiteró.

“El transporte público debe ser la orientación para cualquier visión de ciudad”

Gabriel Ballesteros Martínez consideró que las obras públicas realizadas por las actuales administraciones –estatal y municipal–, no han tenido en cuenta al transporte público y a esta altura sería difícil replantearlas para que sirvan para este propósito.

“Estas obras olvidan el transporte colectivo, lo dejaron de lado. Fue una oportunidad, no se aprovechó; hoy sería muy caro replantear esas obras para agregarles un carril dedicado a los autobuses, o para un tren elevado”, señaló.

Añadió que debido a la gran cantidad de personas que usan el transporte público es necesario que este servicio sea el que guíe el desarrollo de las políticas públicas en cuanto a movilidad.

“Hay una gran cantidad de personas que se movilizan en transporte colectivo. Éste debería ser a mi parecer la orientación de cualquier visión de ciudad que tengamos para Querétaro en los próximos 25 años.

“En lugar de favorecer el vehículo, deberíamos estar favoreciendo los carriles dedicados, el reordenamiento de rutas, el reordenamiento de paradas, de frecuencias de paso; esto nos llevaría a un sistema de transporte público que sería atractivo para las personas que usamos coche”, explicó el catedrático del ITESM campus Querétaro.

El especialista en desarrollo urbano manifestó que en estos momentos no es necesario invertir en infraestructura para reordenar el transporte público y adaptarlo de mejor manera a las necesidades actuales y de futuro de los usuarios queretanos.

“Indiscutiblemente. Hoy en día la oportunidad de reformar lo que tenemos existe. Tenemos que cambiar el concepto de la concesión y no favorecer el hombre-camión, no favorecer el acaparamiento de concesiones, tenemos que apoyar que se institucionalicen las organizaciones que prestan el servicio de transporte”, afirmó.

Para Ballesteros Martínez, el sistema de concesiones puede seguir en curso, sin embargo, es necesario llevar a dichos concesionarios a un escenario en el que brinden un servicio de calidad sin que esto signifique una pérdida económica.

“Lo que hay que hacer es darle al actual sistema de transporte público una oportunidad en sí mismo. No tenemos por qué quitarle a nadie su negocio, lo que necesitamos es que nos permitan ayudarlos a replantearlo”, sugirió.

Uno de los cambios esenciales que se deben dar en el paradigma actual del sistema de transporte público es que, al igual que en los países donde se tienen sistemas de transporte colectivo modernos, no se privilegie el hecho de que el transporte vaya al pasajero, sino al contrario.

“En todos los sistemas de transporte colectivo razonables, el pasajero va al transporte. Tenemos que crear los andamiajes de este sistema: paradas, corredores, hacer las centrales de transferencias agradables, donde la gente pueda comprarse un refresco, se pueda sentar en una banca, esté sombreado y se pueda leer el periódico. Donde se pueda dejar la bicicleta y tenerla ahí cuando regrese”.

“Además del transporte público, es necesario cambiar el sistema legal”

Gabriel Ballesteros Martínez indicó que actualmente es una prioridad para la ciudad tener un Código Urbano para regular jurídicamente el desarrollo de la metrópoli.

“Yo no opinaría cuál obra pública considero es más importante. Creo que hay dos sistemas que debemos corregir: primero el sistema legal, es decir, si a mí me preguntas a qué se debe dedicar el Secretario de Desarrollo Urbano y el Secretario de Gobierno, es a lograr sacar el Código Urbano. No hay otra prioridad mayor que tengan la ciudad y el estado”, enfatizó.

Actualmente, está a punto de entrar en vigor una reforma a la Constitución sobre el derecho urbano, que será importante para el desarrollo de las zonas metropolitanas.

“En el nuevo derecho urbano constitucional que estamos a punto de tener, tras una reforma que hubo el pasado 4 de mayo, se cambió en 12 artículos. Uno de sus elementos es reconocer el fenómeno metropolitano. Si se reconoce definitivamente, los gobiernos municipales de las zonas conurbadas van a tener que planear en conjunto”, dijo.

Esto obligaría a municipios como Querétaro, Corregidora, El Marqués y Huimilpan, que forman la zona metropolitana de Querétaro, a definir conjuntamente las políticas públicas de desarrollo urbano que puedan tener una afectación sobre la zona metropolitana. Será necesario, entonces, que los cabildos municipales se reúnan a la hora de decidir si se efectúa una obra pública o no.

Respecto a desarrollo urbano, el próximo alcalde tendrá tres retos por delante

Más allá de la necesidad de realizar una obra pública, el próximo alcalde de Querétaro tendrá, a decir de Gabriel Ballesteros Martínez, tres tareas por delante: regeneración urbana, cambiar el sistema de cambio de uso de suelos y establecer un sistema de participación ciudadana coercitiva.

El ex Secretario de Gobierno Municipal se pronunció a favor de “Impulsar la regeneración urbana y el llenado de los vacíos urbanos, de los lotes que ya cuentan con servicios dentro de la zona urbana, antes de permitir la habilitación de suelos de labor”.

La segunda tarea refiere a “establecer con claridad que aquel que sea beneficiario de un cambio de uso de suelo tenga un año calendario para presentar su proyecto construcción para definir qué va a hacer con el suelo.

“Es decir, eliminar las condiciones legales que privilegian la especulación. Hay personas que son derechohabientes de un cambio de suelo de hace tres trienios, y han venido siendo beneficiarios de la obra pública y sus suelos pasaron de valor cinco pesos a mil 500 pesos”.

Por último, la tercera tarea propuesta por Ballesteros Martínez está en función de que los ciudadanos participen en las políticas públicas sobre desarrollo urbano y que tengan, además, herramientas legales para hacer cumplir los acuerdos alcanzados.

“Antes de decidir la obra pública, que una persona ponga una tienda o ponga una fábrica, tenemos que conocer la vocación del suelo. Estudiar el suelo para después una prospectiva del suelo, y que esa planeación sea obligatoria y coercible, para obligar a mi gobernante a cumplir con lo que planeamos”, concluyó.

http://www.tribunadequeretaro.com/index.php?option=com_content&view=article&id=516%3Apide-gabriel-ballesteros-planear-la-ciudad-antes-de-construir-mas-obra-publica&catid=35%3Apolitics&Itemid=54

Y las banquetas ´apá? (II)

Ante el anuncio del programa de obras, que por más de dos mil millones de pesos hará el Gobierno del Estado para solucionar los nudos viales de la zona metropolitana, a nadie le queda duda que la apuesta es cambiar la fisonomía de la Ciudad, pero sobre todo la percepción de que estamos ahogados en automóviles y cuan infelices eso nos pone. Muy válida visión y la comparto, pero creo que le falta profundidad si no se considera la movilidad colectiva con estas mismas proporciones de inversión.

Los queretanos hemos pagado consultores y gurús durante 15 años para que nos digan lo que ya sabemos: un transporte colectivo de primer mundo es muy caro pero es necesario. Ahora que estamos planteando obras que bienvenidas son tan serias y tan costosas, algunos pensamos que es el momento de preparar la Ciudad para el “metrobus” o para el (tantas veces estudiado) tren elevado, que conecte los municipios que conforman la urbe.

En el otro lado de la balanza de este espectacular anuncio de soluciones viales, sería interesante subir otros proyectos para mejorar nuestra cultura de la movilidad; ideas, instituciones e instrumentos para corregir con efectividad las deficiencias de nuestro sistema actual y lograr de una buena vez, que los “ajustes” no lleguen tan solo al cambio de unidades por los mismos camiones pero nuevos o negociar que la tarifa no suba.

Cada vez que yo he escuchado “ahora si” (le vamos a entrar a corregir el problema del transporte…), me desilusiono al ver que –más o menos—terminamos en lo mismo, sin ir a fondo. A ese recóndito, privado y secreto espacio en el que las concesiones, se tocan con las elecciones.

No, no me malinterpreten, no acuso solo relato. En los últimos años yo he conocido dos proyectos y dos estudios sobre transporte público que solo requerían voluntad para empezar a rodar y, en lugar de hacer menos obeso y más nuevo el parque vehicular de micro y macro buses, ordenar las rutas, programar frecuencias de paso y arreglar las paradas, hemos empeorado día con día, hasta llegar a un transporte público ominosamente caro y agresivo.

Modernizar nuestros entronques problemáticos nos cae bien a todos, no creo que alguien se vaya a quejar si se realizan con la eficiencia y la puntualidad que ha caracterizado al Secretario Chufani; pero estamos inclinando la balanza hacia el automóvil, sin apostar por el verdadero futuro de nuestra movilidad; futuro que está en lo colectivo y en la movilidad con energía que no sea petrolera. Subir de prioridad las alternativas tren, bicicleta y peatón no es una ocurrencia, está pasando en todas las ciudades del mundo civilizado y consciente.

Metrópolis medias del mundo ya han aprendido la lección. Han descubierto el misterio: crear infraestructura para el automóvil trae la lógica de más automóviles y con ellos, la justificación perfecta para seguir desparramando la urbe. En esa tenebrosa y equivocada idea parece que estamos instalados.

Hoy quedan preguntas abiertas que también invito a reflexionar: ¿qué hacemos con el impuesto de plusvalías que tenemos sin estrenar en el actual Código Urbano? ¿No sería razonable comenzar a discutir seriamente que una parte de las obras las pagara quien directamente se beneficie de ellas? ó ¿para qué lo puso el legislador de hace 20 años ahí?. Son solo preguntas válidas ¿no lo creen?

P.D. Hace algunas semanas en este mismo espacio preguntaba yo ¿y las banquetas ´apá? Hoy confundido como el niño del anuncio me quedo viendo la Cheyenne que nunca será mía… ¿será?…

Ahogado el niño, tapando el pozo

Por MNU y Lic. Gabriel Ballsteros Martínez

La intención de penalizar los cambios de uso de suelo otorgados “ilegalmente”, es hoy una acción legislativa ocurrente y fuera de tiempo; nuestro Código Penal siempre ha contenido la oportunidad de castigar a las autoridades en materia urbana que asociadas o no con los particulares, esquiven, simulen o abusen de las funciones que les han sido confiadas. La trágica cadena de abusos sobre el suelo queretano –ya sucedió– durante la última década; el niño ya se ahogó y para tapar el pozo no hace falta un nuevo delito, hace falta responsabilidad política, conciencia social y participación ciudadana.

Reconozco la intención de nuestros legisladores, no lo tomen personal por favor, pero creo que traen la mira chueca. A donde hay que apuntar es a la Ley de Planeación, esa si necesita severos cambios; esa si recibiría con gusto reglas que permitan tarde o temprano, castigar a quienes pretendan burlar la visión popular del futuro.

Castigar con 6 meses o 3 años de cárcel a los servidores públicos que aprueben cambios de uso de suelo contrarios a las leyes urbanísticas, es un tipo delictivo que le sobra al Código Penal y una idea que –traducida del lenguaje punitivo al de la oportunidad democrática– debería abundar en los reglamentos municipales.

Seis meses a tres años debería durar el plazo para hacer el Plan de Desarrollo Urbano de Querétaro a 30 o 50 años; eso sí sería innovar. Seis meses deberían darle al Ejecutivo para crear el Instituto de Planeación y tres años para dar sus primeros frutos eficientes de ordenamiento territorial. Eso sí sería mostrar voluntad de cambio.

Nuestro problema no es llenar la cárcel de especuladores, es inhibir la posibilidad de que actúen. Es eliminar los espacios oscuros donde organizan la aplicación de los recursos públicos a favor de suelos que todavía no les corresponde. Es abrir la caja negra y volverla transparente con información técnica y científica que permita, a la luz del urbanismo, la economía y las ciencias naturales, decidir que suelos son o no son de intervenirse.

Legislen la obligación de los regidores de certificarse en materia de impactos ambientales. Vuelvan obligatorios los dictámenes de compatibilidad urbana; eliminen con una fórmula democrática la subjetividad con que hoy se mide el impacto social en las modificaciones del tipo de uso de suelo. Acaben de una buena vez con el peloteo del nuevo Código Urbano.

Planeación es hacer futuro. Hacer delitos es una acción de retroceso en sí misma. Chequen lo que le ha pasado al delito creado en 2001 contra los que venden tierra sin permisos. Solo ha servido para amagar, para traer a las organizaciones sociales a la mesa, mientras que los asentamientos irregulares siguen creciendo.

El equilibrio en una sociedad no se puede dar por decreto, o porque a partir de mañana pueda ser privado de su libertad un servidor público que presionado por el capital o por su avaricia, se obsequió una decisión conveniente. El equilibrio se da cuando estructuralmente tenemos los elementos para evitar siquiera la idea de abusar del suelo. Se dará cuando efectivamente reconozcamos en la ley la función social de la propiedad y repartamos de manera equitativa las cargas y los beneficios del desarrollo urbano. Eso sí sería aportar algo nuevo…

P.D. Reitero, no lo tomen personal. Se les reconoce la preocupación en el tema pero no es por ahí.

La gota gorda (cambio climático)

Con más de cuatro décadas siendo testigo presencial, supongo debo ser una voz suficientemente calificada para poder decir que está haciendo un calor de la … Un calor condenado, que para fines de marzo ha sido extraordinario y que según me dicen es preludio de un verano infernal.

¿Se acuerdan cuando nos nevó por estas fechas hace como 30 años? Firmes en mi memoria están las curvas de la Cuesta China flanqueadas por inéditos montículos blancos. ¡Que recuerdo!.. Nopaleras y garambullos desconcertados, lucían curiosos copetes, mientras que en una cámara de llanta que mi Papá compró en una “talachería” de la carretera a México, mis hermanas y yo nos dábamos al descenso nórdico allá por La Noria.

El tema del cambio climático, tan impersonal para unos, es un asunto de lo más serio y del que todos sin excepción somos tan víctimas como responsables. Poco o nada sé yo de ecología, pero si puedo recordar cuando las mariposas monarcas llegaban a la Ciudad y saturaban los árboles del Club Campestre. Ahora, apenas se pueden ver algunas despistadas en su largo peregrinar de vuelta al Canadá.

Solo seis años han pasado de la muerte de Don Alfonso Adame Negrete; experto en agua que en los ochentas recorría las oficinas públicas con planos y diagramas de su puño y letra explicando a las autoridades de turno –sin mucho eco por cierto– los peligros de la tala indiscriminada y el grave problema de recarga en nuestro acuífero principal. Desde entonces con rigor científico vaticinaba que este, no iba a ser capaz de soportar el crecimiento de la Capital.

Estupendo tío y superior ciudadano que no daba tregua a gobernadores y presidentes municipales. Su evocadora cátedra sobre el Río Blanco, la claridad del agua y el verdor de su ribera, contrastaba con las tristes imágenes de un agonizante Río Querétaro a la altura del Instituto Queretano o el fallecimiento de los socavones en la zona de La Cañada.

Hacia el fin del siglo, en un apreciable reconocimiento del Gobernador Ignacio Loyola, fue nombrado titular del Consejo Forestal del Estado; cartera a la que renunció pocos meses después, furibundo con los munícipes de aquellos años, quienes comenzaban la vorágine de cambios de uso de suelo que hoy nos tiene con los focos rojos y la tierra seca.

Muchos hombres y mujeres como él están luchado por el medio ambiente: Paty Ruiz, Pamela Siurob, America Vizcaino y Carlos Pescador por ejemplo. Otros desde el sector público como Arturo Eulogio Ortiz Montes, a quien desde estas líneas reconozco; responsable de la PROFEPA en Querétaro, es un personaje sincero que ha tomado la estafeta de quienes como Alfonso Adame, se han ocupado sin discursos en la conservación y mantenimiento de nuestros pulmones. En su chamba –donde no hoy sino desde que empezó suda la gota gorda– convergen todos los días variados intereses económicos y políticos, entre los que –con habilidad y firmeza– esquiva presiones, gestiona y balancea para poner la ley al servicio de la naturaleza.

Por nuestra parte, queridos conciudadanos, tenemos mucho que aportar para detener el cambio climático. Debemos desarrollar nuevos hábitos para reconquistar a mamá naturaleza, que ahora si ya se enojó. Tomemos medidas y consumamos diferente. Y tu ¿ya te informaste que puedes hacer?

P.D. No me cansaré de recomendar a todos, la película documental “Home”; estupendo testimonio sobre el cambio climático. Para ti que te da flojera, efectivamente no es “2012” pero tanto las imágenes como la música son una obra de arte que solo por eso no debes perderte. Es gratis (no muerde) en “You Tube”, está en HD y el “soundtrack” es un concierto de “new age” categoría AAA; solo teclea HOME (ES).

Si alguien recuerda la fecha en que sucedió la insólita nevada que refiero, agradeceré el dato pues es bonito precisar cuando fue uno de los días más felices de la infancia. Cualquier mensaje con este columnista favor de mandarlo a hacerciudad1@gmail.com. Igualmente los invito a escuchar y ver el Programa Hacer Ciudad, el miércoles a las 6 pm por www.radiociudadypoder.com

De los Bigotes del Tigre o el «Tánganazo»

Si la semana pasada sugerí que pusiéramos las barbas a remojar, esta semana la idea que recomiendo es no tocarle los bigotes al tigre, si es que no lo quieren despertar. Y es que con la serie de declaraciones sobre el Tangano, nuestra élite gobernante está jugando “x games” pre pre-electorales, de los que nadie saldrá bien librado si la tónica es cuestionar la forma como se ha manejado el suelo y la obra pública en los últimos trienios municipales y sexenios estatales.

A quien haya tenido la ocurrencia de iniciar la serie, deberían enseñarle lo que significa el “efecto dominó”. El cuestionamiento de fondo es la gobernabilidad misma, más allá de la sustentabilidad ambiental, que es de suyo básica. La pregunta es, si lo público es realmente público o Querétaro es tan solo un feudo temporal de aquellos que juegan a gobernarnos.

Las bravías notas sobre la reversión de los suelos en el Cerro del Tángano hacen cuestionable el presupuesto que destinamos al IMPLAN del Municipio de Querétaro. Hacen dudar razonablemente sobre la probidad del trabajo técnico de Vicente Suárez de Miguel y Ricardo Alegre; sugieren que no es tal la experiencia aplicada de Fernando González y Miguel Angel Bucio; ponen a juicio no solo las cualidades directivas de José Luis Covarrubias y de Luis Vazquez, sino la capacidad en general de quienes los nombraron.

Estas notas formidables, no solo exponen la simplicidad con que se preparan los arreos para la contienda electoral de 2012; nos ponen a pensar si Sergio Chufani tiene los asesores correctos pues de alguna manera se llegó a la decisión de concluir el Querétaro Centro de Congresos; mega equipamiento urbano con el que inexorablemente –en la vida real– más allá de lo que diga un Plan Parcial de Desarrollo o las cuestionadas autorizaciones de 2005, se cambió para siempre la vocación de los suelos inmediatos en la meseta del Tángano.

Después de tantos dimes y diretes, lo de la semana pasada a los ciudadanos nos deja confundidos. Ya no sabemos que es peor: si las decisiones urbanísticas tomadas a la ligera o los golpes intuitivos de quienes sujetan o quieren sujetar el bastón de mando.

Hemos elogiado en este espacio la continuidad democrática significada en el centro de convenciones y en el Acueducto II; sin embargo, ahora parece que no hay tal concordia como la expuesta semanas atrás. Es evidente que si hay reversión, el acto será en si mismo expropiatorio y tendrán que venir las indemnizaciones. Se antoja difícil más no imposible, lo que sí sería interesante escuchar es quien las va a pagar… ¿otra vez todos nosotros?…

Este largo fin de semana debe haber puesto a todos en alerta. La iniciativa privada, el gobierno estatal, el equipo armandista “remasterizado” y los que quieren que se caiga; los que ahora tienen una chamba y se les olvidó lo que hicieron en otra. Los que sienten que si no hacen ruido nadie los va a tomar en cuenta y los que siempre se andan acomodando. Para todos vaya otra respetuosa sugerencia… no se exhiban. Al cuestionar el fondo del pasado, hacen evidente lo que muchos ciudadanos le han señalado al Estado por años: NO HAY PLANEACIÓN ni forma de lograrla con el actual y antidemocrático marco institucional. Ese, si es un grave problema social que atender y con muchos votos de por medio.

Por si no lo percibieron, los inversionistas solo ven esta refriega como una señal de alerta. Un foco amarillo de gobernabilidad y una amenazante señal contradictoria. No se necesita ser muy vago para saber que las jugadas de tres bandas solo funcionan cuando las orillas de la mesa están bien tensas; en el caso que nos ocupa, quien escogió esta arena para hacerse notar, podría terminar rompiendo el paño en célebre pifia.

P.D. Ya con el Código Urbano en la Legislatura no hay pretexto para que no se exponga abiertamente su contenido. Usted que si sabe de urbanismo está convocado al debate. Así sea…

Gracias a todos por sus mensajes al mail hacerciudad1@gmail.com

La Red

Por MNU y Lic. Gabriel Ballesteros Martínez

¿Y tú, ya eres miembro de la “generación F”?… Las redes sociales están cambiando la forma de la política. Día a día, con implacable tenacidad Facebook, Blogger, Word Press y otras redes y softwares gratuitos han ido captándonos a todos y reinventando la forma como nos comunicamos. El urbanismo está de fiesta pues ahora ya no es cosa de entendidos y poderosos; el debate por la Ciudad (con mayúsculas) ha encontrado por fin el canal de transmisión que necesitaba para articular la participación ciudadana.

Gracias a Mark Zuckeberg la elección es tuya. Piénsalo, puedes hacer pininos con tu granjita en “Farmville” y competir con otros agroindustriales cibernéticos, o quizá, si estas de vena quieras alborotar tú gen gobernante en “Cityville” creando tú propia megalópolis. Ahora que si de verdad te sientes “empoderado” (como dicen actualmente en los seminarios de superación personal) puedes atreverte a crear un blog, una cuenta de Twitter o una página como organización no lucrativa en Facebook y opinar sobre tu colonia, la parada de camión donde pierdes media hora todas las mañanas o de plano oponerte a un cambio de uso suelo en una zona preservada. Como lo escribí hace algunas semanas, tú si sabes de urbanismo, ahora es tiempo de opinar y ya tienes cómo.

Dichosos nosotros que pasamos de ser la generación “X” a la poderosa “generación “F”. Ya no hay porqué salir a hacer manifestaciones al rayo del sol al grito de “el pueblo unido, jamás será vencido” ni para qué hacer huelgas de hambre o desfilar encuerados. Hoy solo hay que hacer click y enviar un buen reproche twittero, si se quiere hasta al mismísimo Felipe Calderón.

La red no tiene límites a favor del urbanismo y la sustentabilidad en todas sus vertientes. Para que se den una idea, los invito a que visiten el blog con el que los defensores de Peña Colorada (http://conservapenacolorada.blogspot.com/), lograron articulación social y se presionó la revocación de un cambio de uso de suelo que afectaría esa zona preservada.
La actividad de los ayuntamientos nunca será más un asunto sólo de los regidores; incluso hay que reconocer que desde hace varios años, las sesiones del cabildo capitalino se transmiten en vivo por la red a iniciativa de un grupo de ciudadanos por la transparencia encabezado, entre otros, por Gabriel Anaya Serrano.

Los jueguitos están haciendo su parte en la conciencia urbanística de la población, pero lo verdaderamente revolucionario, está en la articulación social que se está logrando. Ahora, los problemas de comunicación de un presidente de colonos se acabaron: hacerle una petición al Presidente Domínguez o solicitar la intervención de un regidor, ya no tiene forzosamente que implicar ir al Centro Cívico, un tweet y a esperar. Asuntos como la cobranza de la cuota condominal siempre molestos, hoy pueden ser expuestos en la red para que nadie se haga pato con solo subir una nota al “face” de la Colonia.

Internet está al servicio del consenso; si esa Asamblea no puede suceder o cuando sucede siempre hay un vecino incómodo que la arruina, la red puede servir como medio preparatorio subiendo encuestas a un blog o mostrando imágenes de cómo se verá un camellón o una banqueta y así no ir al despeñadero entre gritos y sombrerazos. Como ejemplo, los invito a que chequen el sitio www.elcampanariounido.com, para que vean como una comunidad puede buscar la concordia a través del ciberespacio y no morir en el intento.

Otro ejemplo de participación ciudadana es la página de Facebook sobre movilidad urbana de “Barbará Jg” o la del Consejo de Participación Ciudadana por el Medio Ambiente, que formaron los integrantes de ese colegiado al que –es mi apreciación– poco se le escucha por los canales formales.

El debate por la ciudad está más vivo que nunca. La participación ciudadana evoluciona y se tecnifica, ahora pareciera que en lo que hay que trabajar es en la cultura cívica para ocupar la red con responsabilidad y eficacia. ¿necesitas una contraseña?…

P.D. Ya vienen las elecciones y será interesante escuchar la propuesta urbanística de los partidos más allá de un listado de obras públicas. ¿Si están preparando una, no?.

Gracias a todos los que nos han visto por www.radiociudadypoder.com Jorge Vazquezmellado y un servidor estamos preparando un programa sobre el proyecto de Código Urbano que anda circulando. Sintonízanos el miércoles a las 6 pm, vamos a hablar a fondo de cómo esta lucha legislativa puede beneficiarte o afectarte. Cualquier mensaje con este columnista envíalo a hacerciudad1@gmail.com

El Arte de concertar (Segunda Parte)

Por M.N.U. y Lic. Gabriel Ballesteros Martínez
Recientemente los regidores del PRI en el Municipio de Querétaro declararon que van a proponer un reglamento para recaudar la opinión ciudadana respecto de la obra pública y el uso del suelo. La idea es de celebrarse y valdría la pena apoyarla siempre y cuando el enfoque no sea meramente  electorero,  pues la gente no es un balón para echarse una “cascarita” política contra el alcalde.
La ciudad es obra de mil y un arquitectos. Una obra inacabada que vamos dirigiendo todos,  cada cual como mejor nos parece. En esta babel,  con frecuencia se impone la ley de la selva. La del más  fuerte, la del más conectado. La del más insistente, la del más cerrado. Mi creencia particular es que podemos cambiar el modelo y construir poco a poco un diálogo sobre sistemas de participación abiertos y transparentes. ¿Quién sabe? con suerte  y no repetimos el modelo que de seguir como vamos, inexorablemente imitaremos: un D.F. chiquito, con problemas menos caros pero igual de disminuidos en cuanto a calidad de vida; una metrópoli feroz, socialmente fragmentada y muy difícil de financiar.
El diseño participativo,  es un conjunto de técnicas que nos puede ayudar a redefinir la realidad; es un modelo para estructurar el diálogo ciudadano sobre la base de propuestas urbanas que surjan legítimamente de la opinión pública.  Información, diálogo y prioridad. La obra pública no puede planearse sobre la base empírica de solo creer que es necesaria. Con frecuencia la gente quiere otra cosa antes que el puente o el auditorio.  El diseño participativo asegura que las inversiones se hagan con el mayor beneficio social posible,  pero sobre todo  con pertinencia en cuanto a su dimensión, ubicación y estructura. No hay que tener miedo a que la gente diga cómo cree que deben hacerse las cosas. La política urbana puede nutrirse del siempre sorprendente  sentido común.
A los regidores que estén diseñando la propuesta, hay que pedirles que se aseguren que las condiciones del diálogo sean parejas. Que la opinión vecinal se pida antes de que se paguen sumas cuantiosas en estudios y planos. Que la oportunidad de hacer cambios a lo propuesto sea real y que los momentos sean definidos para que ni vecinos ni autoridades puedan extorsionarse entre si.
Hay que pedirles también,  que al modelo de consulta se le incluyan técnicas  como el taller de diseño ciudadano –sin ases bajo la manga–  dejando con sinceridad que la gente exprese sus razones por necias que puedan resultar. En el caso de Arboledas que supongo seguirá en  Derechos Humanos, hubiera sido muy atinado abrir el expediente antes de iniciar los trabajos de los estacionamientos; sin embargo, no hay responsabilidad de nadie pues no es una obligación determinada;  si bien hoy aparece en la Ley de Planeación que los ciudadanos deben ser convocados a “tomar” la decisión de la obra pública, no dice ni cómo  ni cuándo.   Otro asunto “ni-ni” para la araña…
Y ya que van a dedicarse a realizar una propuesta (porque estamos seguros que no fue pura grilla municipal) les sugerimos le entren de una vez al análisis de una Procuraduría del Desarrollo Urbano como la tienen Guanajuato o Jalisco. Échenle un ojo a esta institución que más allá de un simple ombudsman urbano,  es una estructura que vertebra el desarrollo urbano en su planeación, autorización y ejecución.  No hay que darle muchas vueltas, es fácil quitarnos lo  nemboc (no- en –  mi – barrio/colonia) y también es fácil someter a la autoridad al diálogo y la transparencia… solo falta que la autoridad quiera. Si ustedes ya se comprometieron, que son la autoridad,  pues ya nada más falta ver el proyecto reglamentario para dar nuestra opinión.
P.D. Una obra de consulta sobre este tema que recomendamos,  es “La Participación en el Diseño Urbano y Arquitectónico en la Producción Social del  Habitat” del CYTED (2004), el nombre es muy apantallador pero la obra muy sencilla.


El Arte de Concertar (Primera Parte)

Por MNU y Lic. Gabriel Ballesteros Martínez
Concertar los intereses en materia de desarrollo urbano y obra pública, no solo es cuestión de planos y explicaciones; no solo es materia de estudios sobre lo que es o no conveniente; con frecuencia ni siquiera es un tema que tenga que ver con dinero o ventajas inmediatas; concertar los intereses entre el gobierno, los vecinos y las empresas es un arte urbano que sucede delicadamente;  fruto de la preparación, de la inteligencia política y del tino al escoger al negociador. Es consecuencia de la mano firme y del arte torero de no hacer caso a quien solo quiere llevar agua a su molino. Se da con información y se cosecha con humildad.
Siempre hay más de una solución ingenieril para cualquier entuerto urbano. Estoy seguro que el trazo del Distribuidor Querétaro Capital tiene varias opciones; como seguramente las tuvo el Bicentenario y como las ha de tener el que se realiza en la Plaza de Toros. Si uno se fija siempre hay que criticar, siempre alguien que pierde comodidad. Siempre una curva mal trazada, un letrero erróneo, un semáforo mal ubicado, etc…
Para frenar una obra pública solo basta politizarla: crear los buenos y los malos; dos bandos, los arbitrarios y las víctimas; después vienen analistas, representantes y políticos “wannabe” y  queda fraguada la receta para una obra pública ensombrecida por la duda y la suspicacia. En los últimos años muchas son las obras que se han “politizado”: el dren norte en Carrillo se lleva los máximos honores, 12 años tardaron población y gobierno para ponerse de acuerdo. Se decía que era una treta para terminar  expropiando a la gente. En otra zona de la ciudad, allá por el 2004 la regeneración de Pasteur Sur, fue tomada por ambientalistas encabezados por Pamela Siurob, que se amarraban a los árboles con un letrero de “no dejes que me maten” (si, aserto usted que siempre acierta, esos mismos que poco han logrado frente al aniquilamiento de jacarandas en Bernardo Quintana). En aquellos días hubo que garantizarle por escrito a los  locatarios de la Central de Abastos,  que esa modernización vial no significaba el inicio de su exclusión de la ciudad en corto plazo e incluso hubo comerciantes que exigieron  al gobierno pagar su  renta mientras la obra estuviera en construcción.  
Muchas son las anécdotas. Otra de antología es la del puente de Industrialización –apodado en sus inicios “el puente de Rolando”– hoy conexión eficiente del centro de la ciudad con Hércules. Era,  según los vecinos de Álamos Segunda Sección, un atentado a su seguridad y podría significar la debacle del valor del suelo. Si lo vemos hoy, salvo por el ineficiente retorno hacia el sur, lo estrecho del corte y el tamaño de las guarniciones, es indispensable para darle un respiro al nudo de Los Arcos y la Colonia no perdió calidad de vida.
El reciente enfrentamiento entre vecinos y autoridades municipales en la Colonia Arboledas no debe tomarse a la ligera. Es una muestra presente de los muchos idiomas que hablamos en la ciudad y de la falta de una estructura institucional para la concertación política y social de la obra pública. Es una muestra más de lo que nos urge el Instituto de Planeación Territorial; un detalle de lo mucho que hace falta el Diseño Urbano Participativo como eje de la preparación de los presupuestos anuales y, asimismo,  de la urgencia que tenemos por una nueva Ley de Planeación (1991).
Escuchaba la semana pasada el  relato del enfrentamiento entre la Señora Rojas,  añeja representante de la Colonia Arboledas y el Presidente Municipal. Lamente lo sucedido pues ese desgaste mutuo lesiona las instituciones y no puede reducirse su análisis simplemente a una pugna PRI-PAN, cual entrenamiento para las elecciones que vienen. Por más antecedentes que la Señora Rojas tenga en el activismo priista y lo eterno de su cargo al frente de la Colonia, lo que sin duda demerita su legitimidad, ella no es extraña a otros, que respaldados por el PAN o el PRD han tratado de obstaculizar el desarrollo de la obra pública exacerbando la posible (o imposible) amenaza que significa.
Los americanos que todo abrevian describen al típico habitante que no quiere nada en su colonia como  “NIMBY´s” (abreviatura de “not in my back yard”)    que en español podría ser algo así como “NEMBOC” (“no en mi barrio o en mi colonia”). Dicho en más ranchero, es ese personaje alegador, representativo y con frecuencia más autoritario que sus vecinos, que dice “hágase tu voluntad Señor, pero en los burros de mi compadre”. No se ría, todos llevamos uno dentro, en cierta forma somos nemboc´s de closet, solo falta una gasolinera, un hospital o un table dance para sacarlo.
El diseño participativo y la planeación democrática son los antídotos para evitar que la obra pública sea electorera, impulsiva o tan solo emergente. Es la manera inteligente de evitar que un giro indeseable se inserte donde no va. Son técnicas y procedimientos que previenen el conflicto y garantizan armonía. En la próxima entrega hablaremos de ellos, así que por lo pronto aguante el tráfico que es por su bien!!

Marcha queretana: 5 de mayo, Pasteur e Independencia

Por M.N.U y Lic. Gabriel Ballesteros Martínez
No, no piensen que sigo trabado en 2010. No va de música heroica ni mucho menos de festejos bicentenarios, no. En esta ocasión va de “marcha” a la española; marcha del verbo vida nocturna;  va de fiesta, de jolgorio, de milonga; va de copas.  ¿No se le antoja soltarse el pelo tantito? 5 de Mayo, Pasteur, Plaza de Armas e Independencia le ofrecen a Usted exitosamente,  una zona de marcha para todos los gustos, edades y bolsillos. Nuestra ciudad lo puede seducir cualquier sábado. Segura, variada y simpática. Monumental y panorámica;  si lo prefiere, oscura y rinconera.
Aquellas casonas, poco a poco han ido sucumbiendo a la vocación turística de nuestra esplendida Plaza de Armas,  que funciona como un enérgico imán que atrae al paseante más reacio, ya venga por el Zenea o desde las alturas del Barrio de la Cruz. La aventura puede comenzar por cualquier flanco: en el estacionamiento subterraneo de la Plaza Constitución o a la vuelta y vuelta hasta encontrar lugar, lo que podría suceder allá por Teresitas o en el otro extremo de Pasteur,  casi hasta el Río. Aconsejo lo primero, sin embargo siempre será la mejor opción llegar en taxi.
Para  cenar el menú es variado: sushi, enchiladas queretanas en Chucho el Roto o unos “jochos” afuera de la  Sancho Panza. Para beber, un mojito oyendo a los cubanos con la familia Del Prete en el Mesón de Santa Rosa o una cerveza alemana de “a devis”, en un bar estilo grunge que se ubica antes de doblar la esquina a Independencia, en lo que fue la Florería Encanto del buen Gamaliel. Personalmente,  prefiero el estupendo mezcal con chapulines de María y su Bici; lo difícil es escoger de cuál de los 22 estados de la República lo quiere uno,  o si se antoja de coco o de cajeta.  
Las banquetas podrían ser más amplias, pero resultan suficientes pues no hay prisa. La iluminación de las casonas de la Legislatura y del Portal Quemado, quedan lúgubres ante la nueva vista nocturna del Palacio de la Corregidora. Se ve como “hinchao”, con un repellado tipo hacienda que  impone al llegar a la esquina de 5 de mayo y Pasteur. Más allá, la vista del andador rematada por la cúpula de San Francisco,  simplemente una postal.
Cuando  se trata solo de ver gente pasar y reflexionar sobre la vida, la opción pueden ser los portales del Café Marrón, el patio o la biblioteca de Agapito Pozo, ahora convertidos en una socorrida estancia  para el “güiri güiri”. Pero si quiere que lo entretengan, le van a faltar cachetes para reírse con Shayo y Margarito en el Teatrito de la Carcajada, donde también podrá ver a Rulecindo pelear con un “trespatines” extraordinario, versión Ignacio Pérez.
Si no quiere prefacios y decide pasar directo a la copa y al espectáculo,  puede subir por 5 de Mayo (casi en la esquina de López Rayón) hasta otro teatro/bar que se llama “El Telón”,  recientemente bajo la gerencia de Arturo Jiménez de Prado,  que lo ha puesto de diez. Para el que anda marchito, este veterano personaje de la vida nocturna queretana y sobre todo excelente anfitrión, le puede servir un “abc” que resurge la energía que llevamos dentro y se puede seguir  de marcha. Ahora bien, si de lo que va es de romance,  le sugiero dos opciones: una velada de mucha categoría con el maestro David Filio y su compadre Chencho (Mexicanto) en La Tramoya o el Consentido Bohemio para los donjuanes que requieren más apoyo. En la refinada Casa de la Zacatecana,  el extraordinario elenco de Trejo Luna será su mejor celestina; si no cae la susodicha o el galán se resistiera, pues que le digo… de plano váyanse al Jota b Jota a rematar con Jorge Mercado, haber si el túnel del tiempo tiene mejor efecto que las baladitas de los hermanos Castro.
Todo tiene su lado bueno y su lado malo. Para cualquier turista esta cuadra puede resultar una aventura; para un queretano de marcha una gozada; pero si eres vecino de la zona, cada sábado puede ser una auténtica tortura. La modificación del uso del suelo  es una lucha sin cesar entre vecinos y empresarios en el ring de la Delegación del Centro Histórico. Mi opinión es que en conjunto con los restaurantes de Carranza y el Callejón de la Verónica (de suculentas ensaladas); el Corral de Comedias, la Terraza de “el Tal y Cual”  y los restaurantes de Plaza de Armas, el primer cuadro ya está más que completo. Autoridades, vecinos y empresarios deben cuidar el balance de este recorrido, evitar que se sature, que se vuelva estridente. A nosotros nos toca no tapar cocheras, tirar la basura en las papeleras y sobre todo, no convertir ficus y macetones en w.c.
Es importante que la vigilancia no cese y así, la algarabía de los portales siga convocando mimos, floristas y músicos improvisados en busca de unas monedas. Nada tenemos que envidiarle a las principales capitales europeas, pero si algo que copiar de ellas: la cultura del equilibrio entre la fiesta y la habitabilidad para que la marcha perdure.  

Hacerle un espacio al espacio público

Por Gabriel Ballesteros Martínez
Escatimar suelo para dedicarlo a plazas, parques, jardines y banquetas,  es regatear el bienestar social; es sentenciar la Ciudad a una condición de subdesarrollo. La fórmula establecida en nuestro Código Urbano para dotar este tipo de suelo debe corregirse pues no garantiza ni la abundancia ni la  calidad del espacio público. Este elemento básico de nuestro Derecho a la Ciudad en Querétaro resulta ser un privilegio cuando debería ser un atributo indispensable.
Las ciudades se distinguen y sus equipamientos las significan. Uno de los elementos esenciales del éxito de las capitales europeas,  es precisamente la generosidad del espacio público que ofrecen a sus habitantes. Malecones transformados en paseos; redes de banquetas, ciclo vías  y jardines lineales; plazas y plazoletas con arte y diseño de paisaje; bancas, bebederos,  estatuas, fuentes y  monumentos;  protecciones y señalética  formando un conjunto que se obsequia cotidianamente al ciudadano. Basta mencionar el Parque del Buen Retiro en Madrid o el parisino Jardín de las Tullerías; nuestro Bosque de Chapultepec o el Zócalo de la Ciudad de México para evocar belleza, orgullo, raigambre pero sobre todo: personalidad. 
El primer cuadro de la  Ciudad de Querétaro se enlista en el patrimonio mundial de la UNESCO porque sigue el patrón europeo:   la gente vive la Ciudad no solo la utiliza. En cambio en la ciudad moderna se nos olvidó ese principio y se permitió aprovechar todo el suelo posible para el negocio inmobiliario con proyectos “exclusivos” dejando solo espacios residuales para cumplir con el porcentaje de donación que señala  la ley.
El espacio público en los últimos años ha sido más un escenario de conflicto que un elemento constante en el desarrollo de Querétaro. En la última década  del siglo XX la Ciudad de Querétaro sufrió los estragos del ambulantaje; este fenómeno social y comercial  presionó las relaciones de tal manera que la agenda del gobierno llegó a colapsarse. Para acomodar a los ambulantes la administración municipal de Jesus Rodríguez (1994-1997) planeó y construyó un fallido mercado  en la Av. Pasteur (sobre lo que era el Lienzo Charro); las organizaciones sociales comandadas por Pablo González Loyola y los hermanos Palomo lo rechazaron. Dos años después,  el primer municipio panista de la Capital pacto –como en oriente medio– territorios por paz. Nuestra Alameda fue concesionada junto con el Camellón de Zaragoza  y el Andador Libertad al comercio popular. Si bien el asunto se atempero,  la realidad es que desde entonces el estupendo conjunto de andadores y jardines luce diferente. El mercadillo de Zaragoza frente al IMSS agoniza y los carros que se  diseñaron –alguna vez autosuficientes– otra vez quedaron semifijos, colgados con “diablitos” a la energía eléctrica de la Ciudad.   
Otro ejemplo de este tratamiento al espacio público fue la reubicación de los mariachis y grupos norteños que tocaban y se contrataban en el Jardín de Los Platitos. Después de mucha presión vecinal  para salvar el pintoresco jardín, en 2004  se tomo la decisión de mudar “canta recios”  y “trompas de hule” a un nuevo punto de reunión. Así nació la Plaza “Santa Cecilia”, también conocida popularmente como “el o.v.n.i.” en la esquina de Av. Universidad y 5 de febrero. La plaza, nombrada en honor de la  patrona de los músicos, aunque funciona,  debemos reconocer nos quedó feíta.  El émulo modernista de sombrero charro es casi tan desafortunado como el estacionamiento en batería de las camionetas –estas si literalmente “mariacheras”– que hacen el panorama de la esquina donde alguna vez en todo lo alto figuró el prócer Allende, al que con sus gritos de  muerte y libertad removimos por el rumbo de Peñuelas.  
Otro discurso viviente que habla de la  poca importancia que le hemos dado al espacio público es el desaprovechado, céntrico y vasto terreno alrededor del vaso regulador “Benito Juárez” en el Parque Querétaro 2000.  Descuidado, sucio y hasta peligroso,  el lugar podría convertirse en un hermoso paraje para correr y andar en bicicleta alrededor de la represa. De hecho,  aunque el espacio pareciera estar vedado, todos  los días la gente se mete por una malla rota o a brincos por el dren pluvial para hacer ejercicio, tener un “día de campo”  o simplemente cortar camino hacia Bernardo Quintana.
Un ejemplo más de que el espacio público se logra a través del conflicto es un parque ubicado en Carrillo Puerto,  al que cariñosamente los vecinos bautizaron el día de su inauguración como Parque  “el PAN-tano”. Este macro lote baldío fue rescatado después de las lluvias de 2003  como condición impuesta por los vecinos a Armando Rivera para permitir la construcción del Dren Norte. En tres meses  ese “Everglade” citadino se volvió un orgullo de la gente. Hoy, los casi 20 mil metros cuadrados están equipados con canchas y juegos infantiles  amortiguando estratégicamente la densidad habitacional con el uso industrial de la zona.
Otras acciones reconocibles son los parques lineales que prometió y cumplió Manuel González Valle.  Entre 2007 y 2008 su administración  habilitó el espacio entre los carriles de la Carretera a Huimilpan y mejoró sustancialmente el camellón de Paseo de la Constitución (o de Las Torres) detrás del Querétaro 2000. Pero más allá de estas acciones aisladas, se encuentra la necesidad de reconocer que no estamos guiando a los desarrolladores e inversionistas sobre la línea de hacer una ciudad agradable para todos. La banqueta, el parque y  la plaza son lugares de socialización, de enriquecimiento cultural, incluso de romance y entendimiento.  Una ciudad que se regatea a sí misma los lugares para convivir está confabulando su negación; mientras que no sea convicción de quienes hacen la Ciudad,  la fórmula de  donar el 10% del 10% de suelo para equipamiento y áreas verdes en un proyecto urbano (Art. 109 del Código Urbano actual)  seguirá sin garantizar el acceso a un espacio público de calidad. Tenemos ahora la oportunidad de enmendar, hagámosle un espacio en el debate al espacio público.